Sofía Moreno Urmeneta[1]
Alejandro Montecinos Cazanga[2]
Desde CIPSTRA, con el fin de contribuir a la clase-que-vive-del-trabajo en sus procesos de organización y lucha, nos interesa aportar a la reflexión sobre la praxis política con el horizonte de una sociedad libre de explotación. Para ello, entre otras cosas, consideramos que el ejercicio de pensar y debatir sobre las publicaciones académicas y militantes, implica repensar las categorías, enfoques y metodologías de investigación, con el objetivo de concebir una interpretación y un análisis crítico acerca del mundo del trabajo en la actualidad, en la que conceptos y enfoques utilizados durante gran parte del siglo XX para comprender las realidades laborales han sido cuestionados al verse en entredicho sus capacidades interpretativas y analíticas, restringiendo también su fuerza política. Por esto, consideramos importante revitalizar el intercambio intelectual entre los distintos centros y núcleos de investigación existentes en el país, promoviendo la discusión colectiva e interdisciplinaria.
El intercambio del que hablamos, no puede realizarse al margen de las problemáticas sustanciales que el capitalismo global y nacional coloca ante los agentes de la crítica, operar de tal modo sería aislar el campo de los estudios del trabajo respecto de la conflictividad en nuestra sociedad, gran parte de la cual recién comienza a ser abordada parcialmente por algunos investigadores. Por esto, antes de reflexionar sintéticamente respecto del libro Conciencia y paralización, la centralidad de las huelgas laborales, nos parece necesario recapitular algunas elaboraciones latinoamericanas y chilenas referidas al mundo del trabajo considerando, a partir de sus enfoques, sus sentidos ético-políticos acerca del orden social vigente, problematizando desde aquí una de las cuestiones fundamentales para la investigación y transformación del mundo del trabajo, a saber, la cuestión del modo de acumulación flexible chileno, que se encuentra transversalmente planteado en el conjunto de fenómenos del mundo laboral. En este contexto queremos situar y reflexionar brevemente sobre el libro editado por Aguilar, Pérez y Henríquez, identificando sus aportes y nuevas preguntas que abre en dicho contexto.
El devenir de las transformaciones en las sociedades capitalistas durante los últimos 40 años y especialmente en la sociedad chilena, se ha denominado de modo muy general y poco preciso “transformaciones neoliberales”, sin haberse producido en este tiempo una definición sistémica y analítica, las ciencias sociales se han quedado detenidas en éste comodín a ser llenado de un modo particular a cada investigación. Mas, una cantidad muy significativa de estudios – que comenzaron a finales de la década de 1970 y otros actuales – han constatado científicamente profundas y amplias transformaciones denominadas desde entonces “reestructuraciones”, buscando hacer referencia a la modificación de las estructuras productivas principalmente, aunque esto pueda ser ampliado a otras estructuraciones como de la política, de la cultura, etc. Lo efectivo es que se han modificado las manifestaciones concretas de la relación trabajo/capital abriéndose la interrogante de si tales cambios la han o no afectado más profundamente.
En términos generales y a modo de hipótesis, consideramos que a partir de la sustitución del modelo desarrollista por uno centrado en la libertad del capital, del sector privado y del mercado, se desencadenó un proceso de reordenamiento productivo-reproductivo que, en Chile, se experimentó como la deconstrucción del modelo desarrollista hegemónico y la implantación creciente del actual modelo de acumulación flexible, caracterizado por incrementar sistemáticamente las posibilidades de circulación del capital en todos los espacios de la sociedad, resguardando su poder en cada una de las relaciones sociales desde las más pequeñas a las más grandes escalas, haciendo del estado un garante de tal modelo económico[3]. Las formas que adopta este proceso han implicado al conjunto de la vida social, se han modificado los modos mediante los cuales la clase trabajadora se produce y se reproduce en búsqueda de mejores condiciones de vida. En algunos casos, estas transformaciones se han percibido como procesos de “desindustrialización” (cierre de empresas del sector industrial), pero también como la emergencia de un amplio y diverso sector de servicios junto con la ampliación del sector público, también se ha extendido la tercerización y subcontratación de procesos de trabajo, de mano de obra, ocurriendo además una transición de empleos relativamente estables considerados seguros, a otros más inestables y precarios.
Sin embargo es preciso apuntar, que las características del modo de acumulación flexible antes descritas, aún cuando constituyen la tendencia preponderante hegemónica e ideológicamente, no son las únicas que hacen a la morfología del mundo del trabajo actual. Existe, entonces, una muy alta heterogeneidad de procesos de trabajo, los que contienen diversos tipos de empleos, relaciones contractuales y configuraciones subjetivas, realidades que están constituidas por múltiples determinaciones, siendo determinantes sus formas de inserción en el capital global, así como sus específicas trayectorias histórico-culturales.
Esta transición del modelo de acumulación desarrollista al de acumulación flexible, como señalábamos, ha venido siendo tratada por los investigadores sociales desde mediados de la década de 1970 hasta la actualidad, mas, los ordenamientos que se han dedicado a sistematizar el estado actual de esta cuestión en Chile y América Latina[4], no llegan a dar cuenta de la disputa societal que está en el fundamento ético-político de las diversas problematizaciones y enfoques. Por esta razón creemos necesario proponer un esquema de clasificación alternativo, que sistematice y situé las investigaciones mediante un prisma que distinga la contradicción existente entre perspectivas y horizontes sociales sobre el mundo del trabajo.
«las características
del modo de
acumulación
flexible antes
descritas,
aún cuando
constituyen la
tendencia
preponderante
hegemónica e
ideológicamente,
no son las
únicas que
hacen a la
morfología del
mundo del
trabajo actual.
Existe,
entonces, una
muy alta
heterogeneidad
de procesos de
trabajo»
Las investigaciones en Latinoamérica puede ser ordenadas identificando autores cuyos enfoques gravitan en las contradicciones y antagonismos presentes en la relación social trabajo/capital, y otros, cuyos programas de investigación se edifican centrándose en tal relación como función social naturalizada. El primer grupo de autores emplea un corpus analítico-crítico, identificable por la común consideración multicausal entre agencia y estructura, comprendiendo las relaciones sociales en las que se inscribe el mundo del trabajo como construcciones sociales y, por tanto, susceptibles de ser modificadas en los procesos históricos, entregándole relevancia fundamental al conflicto y a los procesos de subjetivación/politización del agente que padece la explotación. Por otra parte, el otro grupo constituye un macro conjunto que en la naturalización del vínculo empleados-empleadores, mitiga institucionalmente las contradicciones y antagonismos de la relación trabajo/capital, dejando a un lado el análisis de la reflexibilidad asalariada como de su potencial transformador, limitándose a análisis esencialmente estáticos[5].
Si utilizamos el mismo esquema para observar los estudios del trabajo en Chile, vemos que si bien hay una fuerte continuidad de enfoques y temáticas característicos de la década de 1990, entre los que resaltan estudios cuantitativos de la actividad sindical centrados en la negociación colectiva e indagaciones acerca de las condiciones laborales y del mercado de trabajo subsumidas en el discurso político de la democracia del pacto social, hay, por otra parte, a partir de la primera década del siglo XXI, una fuerte emergencia de estudios que impactados por la mayor conflictividad sociolaboral de los trabajadores de sectores primario exportadores y de servicios, concentran sus problemas de investigación en explicar e interpretar el conflicto con énfasis en el análisis de las condiciones de trabajo, de la institucionalidad laboral, de los mecanismos de control y disciplinamiento, como también de la agencia del trabajo, observando estructuras de oportunidades políticas, movilización de recursos, capitales políticos/sociales/culturales, culturas laborales, obreras y políticas, así como identidades y subjetividades, reactualizando la cuestión de la conflictividad laboral y el antagonismo sociopolítico. Lo anterior, por medio de la combinación de marcos teóricos clásicos, tales como el marxismo, con enfoques teórico-metodológicos contemporáneos, respondiendo a las recientes transformaciones de nuestras sociedades capitalistas latinoamericanas.
Pero, aún cuando nuevas investigaciones se encuentran realizando importantes aportes teóricos, conceptuales y descriptivos, contribuyendo a conocer las realidades presentes de trabajadores y trabajadoras, todavía se trata de un conjunto reducido de conclusiones parciales que está lejos de constituir un relato explicativo y comprensivo del momento contemporáneo de la relación trabajo/capital en nuestra formación social, y por lo tanto todavía distante de ser un aporte sustancial a la clase trabajadora en el proceso de diseño estratégico de su proyecto transformador.
En el camino que hay que recorrer para subsanar este déficit estratégico, creemos pertinente señalar algunas problemáticas de investigación que los emergentes estudios del trabajo deberán abordar para ir aportando a la construcción de un diagnóstico y análisis crítico de la situación y posibilidades de la clase trabajadora en Chile y así mirar y situar desde aquí, críticamente, Conciencia y paralización, la centralidad de las huelgas laborales en el universo de investigaciones contemporáneas.
En primer lugar es imperiosa y necesaria una caracterización y análisis del proceso abstracto y concreto de la transformación societal de los últimos 40 años, de las implicancias específicas en sus diversas dimensiones y niveles, especialmente en el mundo del trabajo. Este ejercicio permitirá superar las conceptualizaciones poco precisas a las que estamos habituados. A la vez, es preciso determinar, analíticamente, cuáles son las características sustanciales y principales del movimiento real de la relación trabajo/capital en Chile reciente, así como cuáles son las particularidades y ejes del modo de acumulación y sus implicancias históricas. También es urgente construir un relato analítico de la historia de la conflictividad social y política de la relación trabajo/capital en nuestro país hasta el presente. Finalmente, es urgente producir un conocimiento acabado, comprensivo y explicativo, de la realidad cultural y subjetiva de la clase-que-vive-del-trabajo.
Conciencia y paralización; Centralidad de las huelgas laborales, es un libro que reúne tres interesantísimas investigaciones de una nueva generación de investigadores militantes, iluminando relevantes áreas y dimensiones del mundo del trabajo en distintos sectores laborales del Chile contemporáneo. Concentrándose en la cuestión de la morfología de la conflictividad laboral actual, así como en sus realidades subjetivas y políticas, y no tanto en el diagnóstico de las estructuras económicas o de otro tipo, esta publicación dirigida por los sociólogos del trabajo de la Universidad de Chile, se inserta en el contexto de investigaciones críticas que definimos arriba.
Estas novedosas investigaciones aportan sofisticados enfoques teórico-metodológicos, distanciándose de la mirada institucionalista de las relaciones laborales que favoreció el pacto social durante la década de los 90 y que veía el conflicto como una anomalía que debía ser subsanada por medio de la Ley y la concertación social, mientras dejaba intacto el metabolismo capitalista de explotación. Conciencia y paralización… ilumina desde las ciencias sociales y los estudios de caso, la conflictividad laboral y la agencia de la clase-que-vive-del-trabajo en el Chile actual. Pero, al no ser su objeto la realidad de la estructura de los procesos productivos y de trabajo, deja pendiente para otros estudios el análisis de la reestructuración capitalista reciente y sus implicancias históricas en el conjunto del mundo del trabajo y no solo en las dinámicas de la conflictividad laboral.
Así, el primer artículo titulado “Huelgas con adjetivo: hacia una diferenciación conceptual de la nueva estructura de conflictividad laboral”, fruto del trabajo conjunto de Rodrigo Medel, Domingo Pérez, Diego Velázquez y Gabriela Morales, integrantes del NET[6], propone una redefinición científica del concepto de huelga, a fin de afinar su utilidad para comprender la presente conflictividad laboral en Chile. Los autores se preguntan acerca de cómo utilizar el concepto de huelga a fin de que sea útil para describir lo que ellos identifican como una creciente complejidad del conflicto a raíz de la reorganización productiva de los últimos 40 años.
De tal modo, el escrito del NET pone en discusión la flexibilización del concepto de huelga propuesta por Ermida[7] puesto que ésta comete el error de extender a tal grado el conjunto de fenómenos susceptibles de ser denominados “huelga”, que la sustancialidad del concepto se ve difuminada y, por ende, limitada su capacidad analítica e interpretativa. Ante conceptualizaciones difusas como la de Ermida, los autores del NET proponen una re-conceptualización de huelga fundamentada en una nueva teoría que hace surgir un esquema de conflictividad laboral adecuado a las actuales realidades del conflicto, pudiendo contener y describir los fenómenos presentes en la base de huelgas del OHL-COES[8].
Partiendo del entendimiento ontológico del conflicto laboral como dinámica antagónica estructurada de la relación capital/trabajo, los autores reflexionan sistemática e históricamente acerca del concepto valiéndose de las metodologías de análisis conceptual de Sartori, Collier y Levitsky[9]. A nuestro modo de ver, éste escrito consigue proponer efectivamente una nueva teoría de la huelga y un correspondiente esquema de conflictividad laboral que contiene y distingue los diversos fenómenos de conflictividad laboral presentes en Chile. Se identifica que junto a la forma clásica de huelga existen formas típicas y tradicionales de ésta. Las formas, que acompañan la clásica son; huelga camuflada, huelga legal y huelga desde la jornada reproductiva, siendo esta última la que más se separa del concepto clásico de huelga, ya que no se realiza dentro del estricto tiempo de la producción. Esta esquematización permite una estructuración de la morfología de la conflictividad, en donde la expresión mínima de la misma se encuentra en el malestar individual y la máxima en la ya mencionada huelga clásica.
«se enfatiza
que la huelga
no es la única
forma de
conflicto, y
que actualmente
la huelga legal
–en la que
se vienen
concentrando
la mayor
parte de los
estudios del
trabajo–
constituye
un fenómeno
minoritario»
Por otra parte, se enfatiza que la huelga no es la única forma de conflicto, y que actualmente la huelga legal – en la que se vienen concentrando la mayor parte de los estudios del trabajo – constituye un fenómeno minoritario, mientras que otras formas “atípicas” y “atípicas-disminuidas” vienen preponderando. El Artículo concluye que la huelga es un fenómeno social de carácter estructural y las diversas modalidades de la misma se diversifican como efecto del reordenamiento productivo, de la tercerización y de la puesta en práctica de nuevos dispositivos de control y disciplinamiento. Tal diversificación de la conflictividad, lleva a la hipótesis de que formas como la “huelga desde la jornada reproductiva” pueden ser cada vez más recurrentes en el contexto de flexibilización del trabajo, conllevando en los sujetos laborales que se movilizan, una racionalidad de conflicto o antagonismo que ha de concebirse de modo amplio y diverso y no únicamente restringido al modelo clásico de huelga en el tiempo productivo.
En este artículo destaca la innovación de su problema de investigación, de su marco teórico y su metodología, aportando sustantivamente al estudio de la conflictividad laboral. Dada su perspectiva, se ubica distante de la valoración positiva o negativa de las recientes transformaciones capitalistas. Lo que intenta mostrar es cómo la conflictividad se ve afectada por las transformaciones estructurales sin asumir una determinación plena, por lo que en lugar de concluir que la re-estructuración capitalista ha disminuido o potenciado la conflictividad laboral, estima que más bien modifica su morfología, creando una nueva gama de posibilidades para la agencia del trabajo.
Por su parte, el segundo artículo, titulado “La producción reflexiva de la lucha de clases: un análisis marxista-emergentista del proceso de huelga en una empresa TI” del grupo de investigadores Fragua integrado por Eduardo Bustos, Sebastián Link, Ignacio Sandoval, Leonora Rojas y Lidia Yáñez de la Universidad de Chile, distanciándose de las perspectivas que concluyen que el trabajo ya no es lugar de transformación social, se concentra en investigar la reflexividad de un grupo de trabajadores/as al interior del conflicto laboral en empresas de tecnologías de la información (TI). A partir de un enfoque analítico marxista y realista, mirando el antagonismo entre capital y trabajo, se da cuenta de los elementos articuladores del juego entre la agencia y la estructura, distinguiendo tres dominios de la realidad; fenómenos, eventos y mecanismos[10].
El aporte sustancial de esta investigación es su especificidad de caso, puesto que se trata de un sector productivo de alta flexibilidad laboral e “hipermovilidad del capital”, siendo este un sector de la producción indispensable y estratégico para el desarrollo del capitalismo, impactando esto en las acciones y sentidos de las prácticas al interior del conflicto. Propone un marco teórico actualizado para el concepto de conciencia, el que se organiza en base al análisis del despliegue de la reflexividad, articulada en el nivel de coherencia entre tipos de discurso y niveles de reflexión interna de los sujetos, puestos en relación a la estructura que estos deben enfrentar, robusteciendo el entendimiento de la acción de la clase trabajadora, conociendo el por qué se toman ciertas decisiones y no otras “racionalmente correctas”.
El último artículo del libro, de autoría del CIPSTRA, titulado “Diferencias de politización en las demandas de trabajadores de empresas estratégicas v/s empresas de retail: Poder disruptivo, organización supra-sindical y niveles desactualizados de lucha”, aborda la politización del sindicalismo, a través de un análisis comparado de sectores ubicados en lugares diferentes de la estructura económica nacional (Minería-Puerto-Industria/Retail). El escrito se pregunta acerca de las implicancias subjetivas/políticas que la ubicación en la cadena del capital puede tener sobre la agencia sindical. Ante esta problemática, los investigadores del CIPSTRA presentan una hipótesis – que es criticada en las conclusiones – según la cual los trabajadores/as de sectores estratégicos de la economía poseen un mayor poder disruptivo que aquellos de los sectores no estratégicos, lo que implicaría que las demandas de los primeros respecto de los segundos, expresen un mayor nivel de politización, entendiendo el grado de politización en un escala vertical donde el más alto grado de politización está dado por la disputa general del trabajo social, y el menor, por la ausencia total de la misma, siendo los grados intermedios aquellos en que se va jugando en distintas magnitudes la disputa por el producto del trabajo.
Lo primero interesante de esta investigación es que, si bien es posible establecer la existencia de una diferencia-política-potencial entre sectores del sindicalismo dada sus distintas ubicaciones en la estructura de circulación del capital, tal distinción no implica ni explica la diferencia en sus grados de politización, habiendo otros elementos incidentes. Debido a este hallazgo, se concluye que la diferenciación en los grados de politización se encuentra dada, no por el modo en que cada sindicalismo se incrusta en la economía, sino más bien, por el nivel de articulación organizativa en cada uno de ellos, siendo especialmente clave la existencia o no de organizaciones supra-sindicales, lo que explica, en consecuencia, el mayor grado de politización de demandas en Minería y Puerto, así como su inferioridad en el retail.
«Vistos en
conjunto, estos
artículos
coinciden en
que las actuales
condiciones
precarias del
trabajo no son
únicamente
causadas por la
legislación
laboral, sino
que, sobre todo,
por la
re-estructuración
productiva de
los últimos 40
años que han
vuelto hegemónico
el modelo de
acumulación flexible»
Al finalizar, el artículo presenta una serie de orientaciones generales hacia el mundo sindical, señalando algunos ejes para incrementar la politización a sabiendas que tal fenómeno es fundamental para mejorar los recursos que poseen los trabajadores dentro de los conflictos; a) necesidad de enfrentar la actual institucionalidad laboral, ya que busca limitar la politización segregando la organización de la clase-que-vive-del-trabajo a nivel de empresa b) las organizaciones de trabajadores deben plantearse como una de sus tareas centrales la constitución y el fortalecimiento de organizaciones supra-sindicales, lo cual les permitirá a su vez movilizar demandas de amplio alcance social.
Esta investigación aporta a reflexionar respecto de la relación entre estructuras y sujetos, particularmente entre determinación económica y trayectorias político-organizativas del sindicalismo, rebatiendo la tesis que explica el grado de politización de la agencia únicamente por su lugar en el encadenamiento capitalista. Además, consigue aportar un concepto analítico de politización a los nuevos estudios del trabajo, así como orientaciones claras para ser consideradas por los sindicatos en su conflicto con el capital.
Vistos en conjunto, estos artículos coinciden en que las actuales condiciones precarias del trabajo no son únicamente causadas por la legislación laboral, sino que, sobre todo, por la re-estructuración productiva de los últimos 40 años que han vuelto hegemónico el modelo de acumulación flexible. Por lo tanto, poner fin a tales condiciones laborales pasa por modificar la institucionalidad de las relaciones laborales, pero, esencialmente, por transformar la estructura económica y cultural del país instalando un nuevo modelo de desarrollo.
Por otra parte, y con el sentido de fortalecer el estudio sobre la agencia del trabajo, estos investigadores producen innovaciones creativas en sus enfoques teórico-metodológicos, realizando análisis multicausales que comprenden y explican los fenómenos en una imbricación concreta de elementos estructurales y agenciales, considerando la capacidad reflexiva de los sujetos mediante conceptualizaciones que son especialmente operativas en el actual contexto de explotación flexible.
También, cabe destacar que estas investigaciones poseen el mérito de ser fruto de procesos de trabajo colectivo, impulsados por centros de investigación más o menos independientes del Estado y del capital privado.
La perspectiva crítico-militante, la innovación teórico-metodológica y el carácter independiente de esta nueva generación de investigaciones del mundo laboral, va reponiendo, en el contexto de estudios del trabajo de Chile y América Latina, el enfoque del conflicto y el antagonismo estructurado, sumándose otras investigaciones que desde comienzos del siglo XXI vienen reposicionándolo luego de una década hegemonizada por el sentido común de “fin de la historia” (y la lucha de clases)[11]. Dada esta especificidad, Conciencia y paralización… constituye un enorme aporte para la reactualización de la crítica proletaria del mundo contemporáneo. Sin embargo, queda como desafío pendiente ampliar esta crítica más allá del fenómeno mismo de la conflictividad, hacia la comprensión y análisis de las estructuras y procesos históricos que la contienen.
Bibliografía
Anderson , P. (2004). Tras las huellas del materialismo histórico. México: Siglo XXI.
Aravena , A., & Nuñez , D. (2009). El renacer de la huelga obrera en Chile: El movimiento sindical en la primera mitad del siglo XXI. Santiago de Chile: LOM.
Aravena, A. (2016). La recuperación de los estudios laborales en Chile (1990-2014). En E. De la Garza, Los estudios laborales en América Latina: Orígenes, desarrollo y perspectivas (págs. 103-126). México: Anthropos-Universidad Autónoma Metropolitana.
Bhaskar, R. (1989). Reclaiming reality: A critical introduction to contemporary philosophy. Londres: Verso.
Bhaskar, R. (1998). The possibility of naturalism a philosophical critique of the contemporary human sciences. Londres: Routledge.
Collier, D., & Levitsky, S. (1997). Democracy with Adjectives: Conceptual innovation in Comparative Research. World Politics(49), 430-451.
Collier, D., & Levitsky, S. (2009). Democracy: Conceptual Hiearchies in Comparative Research. En D. Collier, & J. Gerring, Concept and method in social science: The tradition of .
De la Garza, E. (2016). los estudios laborales en América Latina: Origenes, desarrollo y perspectivas. México: Siglo XXI.
Ermida, O. (1999). La flexibilización de la huelga. Montevideo: Fundación de Cultura Universitaria.
Harvey, D. (2007). Breve historia del neoliberalismo. Versión Digital.
Sartori, G. (1970). Concept Misformation in Comparative Politics. Science Review, 4(64), 1033-1053.
Soto, Á. (2008). Flexibilidad laboral y subjetividades: Hacia una comprensión psicosocial del empleo contemporáneo. Santiago de Chile: LOM-Universidad Alberto Hurtado.
[1] Socióloga, Universidad Diego Portales
[2] Historiador, Universidad de Santiago de Chile
[3] Sostenemos esta hipótesis a partir de la extensión del concepto de “modelo de acumulación flexible” introducido por David Harvey (Harvey, 2007) a las realidades laborales y económicas latinoamericanas apreciables en la mayoría de las investigaciones realizadas sobre nuestros países (De la Garza, 2016) y en Chile (Aravena & Nuñez , 2009; Aravena, 2016; Soto, 2008).
[4] Enrique de La Garza Toledo (2016) realiza una clasificación amplia que segmenta las elaboraciones latinoamericanas entre “pesimistas” y “optimistas” respecto de las transformaciones recientes del trabajo, la cual si bien es efectiva en clasificar, no entrega coordenadas que permitan hacer una crítica de las publicaciones avocada a pensar sus aportes a la reflexión sobre las posibilidades de transformación general de las sociedades latinoamericanas, puesto que se trata de una distinción de “estados de ánimo” más que de enfoques y orientaciones políticas.
[5] Ver Enrique de La Garza Toledo (2016).
[6] El Núcleo de Estudios del Trabajo (NET) de la Universidad de Chile, denominado en su origen Núcleo de Ciencias Sociales del Trabajo, se fundó el 22 de diciembre de 2009 por iniciativa de Helia Enríquez y Eduardo Morales junto a otros docentes de la Facultad de Ciencias Sociales de dicha casa de estudios. Allí se reunieron académicos y estudiantes interesados en el mundo del trabajo y las relaciones laborales. Entre sus primeras iniciativas se cuenta el intercambio académico, la investigación conjunta y la realización de encuentros de caracterización y diagnóstico del movimiento sindical que reunieron a sindicalistas, docentes y estudiantes entre el año 2010 y 2011. De entonces a la fecha el NET ha continuado con éstas actividades y sumado otras como participación en seminarios laborales, congresos de sociología y sociología del trabajo, así como la publicación de artículos y libros, además del desarrollo de proyectos Fondecyt y FEII.
[7] Ver Ermida (1999).
[8] El Observatorio de Huelgas Laborales del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión social viene generando una masa de notas de prensa sobre huelgas laborales a partir de diarios nacionales y regionales, constituyendo en el archivo más grande y minucioso de huelgas chilenas del siglo XXI.
[9] Ver Sartori, Collier y Levitsky (Sartori, 1970; Collier & Levitsky, 1997; Collier & Levitsky, 2009) .
[10] Ver Bhaskar (1989; 1998)
[11] Ver Perry Anderson (2004)