¿Desde qué coordenadas queremos estudiar el sindicalismo?
Partimos de la convicción de que las formas y dinámicas de los sindicatos hay que entenderlas en el marco de la dinámica de las relaciones de producción capitalistas, por ser la realidad concreta que constituye los límites y posibilidades de estas organizaciones, y que adquieren características específicas de acuerdo al desarrollo desigual de su actividad productiva, al tipo de control que ejercen sobre la fuerza de trabajo y a las formas contractuales que tienen las relaciones laborales.
Si bien la metodología y la operacionalización del marco teórico se encuentran en proceso de confección, hasta el momento hemos avanzado hacia una perspectiva que recoge algunas clasificaciones generales presentes en los estudios sobre sindicalismo y otros movimientos sociales, sintetizadas con aportes de las teorías enfocadas en el estudio de las relaciones laborales, la politización sindical y el enfoque de los recursos de poder. A partir de lo anterior, se han identificado tres grandes dimensiones para el análisis del sindicalismo:
1) La primera corresponde a la orientación o ideología que racionaliza y justifica la acción colectiva de los trabajadores. Para tratar este aspecto se busca desarrollar un enfoque original sobre los procesos de politización sindical y su impacto sobre el sindicalismo.
2) La segunda dimensión tiene que ver con los repertorios de acción colectiva o los medios estratégicos mediante los cuales los sindicatos actúan y expresan su orientación. Para este aspecto se busca adaptar el enfoque sobre los recursos de poder de los trabajadores (power resource approach, PRA), que pone el acento en cuatro subdimensiones: (i) el poder estructural, referido a la posición en el mercado laboral y la producción del sindicato; (ii) el poder asociativo, relativo a la organización, cohesión y vitalidad de la organización sindical; (iii) el poder institucional, que se expresa en la capacidad de influencia en la política institucional; (iv) y el poder social, que se ejerce por medio de la creación de redes de cooperación con otros actores sociales y el apoyo de estos a nivel material o discursivo.
3) La tercera dimensión de interés es la estructura organizativa, y se refiere a las prácticas de organización internas del sindicato, que permiten la toma de decisiones y el establecimiento de metas/fines. Este aspecto refiere básicamente a los grados de democratización de las organizaciones sindicales y el rol que tienen dirigentes y bases sindicales en la toma de decisión.
Nuestra propuesta sostiene que estas tres grandes dimensiones del sindicalismo son claves para comprender su estado actual y sus proyecciones a futuro, y que en el cruce de sus distintas posibilidades, es posible clasificar los tipos de sindicalismo tanto a nivel organizacional, como a nivel de firmas, rama económica, región o Estado-nación. Sin embargo, tenemos disposición a incorporar y discutir otros enfoques y aportes en la medida que se hagan cargo de estos aspectos.